martes, 17 de mayo de 2011

¿Por qué las mujeres vamos juntas al baño?



El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de niña tu mamá te llevaba, te enseñaba a limpiar la tapa del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza. Finalmente te instruía: "nunca te sientes en un baño público". Y luego te mostraba 'la posición', que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. 'La posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, que nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy, en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar. Cuando tienes que ir a un baño público, te encuentras una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. así que pides la vez y esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente discretamente cruzando las piernas y brazos. Es la posición oficial de "me estoy meando". Finalmente te llega el turno, pero siempre llega la típica mamá con la 'niña pequeña que no se puede aguantar más' y aprovechan para saltarse ambas la cola con todo el morro!. Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que está saliendo. Entras y te das cuenta de que el picaporte no funciona (nunca funciona), no importa... Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta y si no hay gancho (nunca lo hay), inspeccionas la zona, el suelo está lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste metiendo (la mayoría de las cuales no usas pero las tienes por si acaso)...Pero volviendo a la puerta...como no tenía picaporte, sólo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas 'la posición'...alivio...ahhhhhhh...por fin...ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar...porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kg colgando de tu cuello. Te encantaría sentarte pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni cubrirte con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza: "jamas te sientes en un water público", así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las distancias una finiiiiiíiiiisima parte del chorro te salpica en tu propio culo y que ¡¡te moja hasta las medias!! tienes suerte si no te mojas tus propios zapatos.


Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo ¡joooooder! el rollo está vacío...! (siempre). Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kg de trastos que llevas en el bolso haya un miserable pañuelo, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, no hay más remedio. Y en cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, sin miramientos, o todo el mundo te verá semisentada en el aire con las bragas por la rodilla. ¡¡No!! entonces gritas: ¡¡o-cu-pa-dooooo!! mientras continuas empujando la puerta con tu mano libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo (en eso las mujeres nos respetamos mucho) y te dispones a buscar el pañuelo sin agobios, te gustaría usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en estos casos y te apañas con uno por si acaso.


En ese preciso momento se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor!, das la luz de nuevo con la mano del pañuelo porque la otra sigue sujetando las bragas, vas contando los segundos que te quedan para salir de allí, sudando porque llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es que hay que ver el calor que hace en esos sitios!.


Sin contar el cabreo que llevar por el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada en las piernas y en las medias, que todavía están mojadas...el recuerdo de tu madre que estaría avergonzadísima si te viera así, porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público porque francamente "tú no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí".


Pero la debacle no termina...estás exhausta, cuando te pones de pie ya no sientes las piernas, te recolocas la ropa rapidamente y tiras de la cadena ¡sobre todo! si no funcionara preferirías no salir jamás de ese baño ¡qué vergüenza!. Te diriges al lavabo, todo está lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón, te lavas en una posición de jorobado de Notre Dame para que no se te resbale el bolso desde tu hombro y acabe en el lavabo bajo el chorro de agua, el secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las manos en tus pantalones, porque no piensas sacar otro pañuelo para eso! y sales pasando junto a la línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en esos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente, consciente de que has pasado ahí una eternidad. Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado a tu zapato. Y sales. En ese momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer 'Guerra y paz' mientras te esperaba. "¿Por qué tardas tanto?" te pregunta irritado. "Había mucha cola", te limitas a decir.


Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa un pañuelo por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido pues tú sólo tienes que concentrarte en 'la posición' y la dignidad.














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Recuperado de mi agenda de 2007/2008

jueves, 5 de mayo de 2011

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Esto es para todos esos adultos contemporáneos intelecto-neuro-hipocondríacos...
Dicen que todos los días tenemos que comer una manzana por el hierro y un plátano, por el potasio. También una naranja para la vitamina c y una taza de té verde sin azúcar para prevenir la diabetes.
Todos los días hay que tomar dos litros de agua (sí y luego mearlos que lleva el doble de tiempo). Todos los días hay que tomarse un yogur para tener L Casei Defensis que nadie sabe lo que es pero parece que si no te metes un millón todos los días empiezas a ver a la gente como borrosa.
Cada día, una aspirina para prevenir los infartos más un vaso de vino tinto para lo mismo. Y otro de blanco para el sistema nervioso. Y uno de cerveza, que ya no me acuerdo para que era. Si te lo tomas todo junto, guarda un Red Bull para el día siguiente, a menos que te dé un derrame ahí mismo, si es así ni te enterarás.
Todos los días hay que comer fibra, mucha, muchísima fibra, hasta que cagues un jersey. Hay que hacer entre cuatro y seis comidas diarias, livianas, sin olvidarte de masticar cien veces cada bocado.
Haciendo un pequeño cálculo...sólo en comer se te van cinco horas.
Ah! después de cada comida hay que lavarse los dientes, o sea, después del yogur y la fibra, los dientes, después de la manzana, los dientes, después del plátano, los dientes...y así mientras tengas dientes, sin olvidar pasarte el hilo dental, el masajeador de encías, las gárgaras con flúor...
Mejor amplía el baño y mete el equipo de música porque entre el agua, la fibra y los dientes, te vas a pasar varias horas por día ahí dentro.
Hay que dormir 8 horas y trabajar otras 8, más las 5 que empleamos para comer, 21. Te quedan 3 siempre que no te pille ningún atasco. Según las estadísticas, vemos 3 horas diarias de televisión. Bueno, ya no puedes porque todos los días hay que caminar por lo menos media  hora (dato por experiencia: a los 15 minutos ve regresando, sino la media hora se te hace una). Y hay que cuidar a las amistades porque son como una planta, hay que regarlas a diario. Y cuando te vas de vacaciones también, supongo.
Además hay que estar bien informado, así que hay que leer por lo menos dos periódicos y algún artículo de revista para contrastar la información.
Ah! hay que tener sexo todos los días, pero sin caer en la rutina, hay que ser innovador, creativo, renovar la seducción. Eso lleva su tiempo ¡¡y ni qué hablar si es sexo tántrico!! (Al respecto re recuerdo: después de cada comida hay que cepillarse los dientes).
¡¡También hay que hacer tiempo para barrer, lavar la ropa, los platos, y no te digo si tienes perro...hijos!! En fin...a mí la cuenta me da unas 29 horas diarias.
La única posibilidad que se me ocurre es hacer varias cosas a la vez, por ejemplo: te duchas con agua fría y con la boca abierta y así tomas los 2 litros de agua. Mientras sales del baño con el cepillo de dientes en la boca le vas haciendo el amor a tu pareja, que de paso mira la televisión y te cuenta mientras barres. ¿Te quedó una mano libre? llama a tus amigos. ¡¡Y a tus padres!! Tómate el vino, después de hablar con tus padres te va a hacer falta. El yogur sólido con la manzana te lo puede dar tu pareja mientras se come el plátano con el yogur líquido, y mañana cambian. Uufff, ¡¡Pero si te quedan 2 minutos!! envíale esto a los amigos (que hay que regar como las plantas) mientras te tomas una cucharadita de Total Magnesiano, que hace bien...y ahora te dejo porque entre el yogur, el plátano, la naranja, el primer litro de agua y la tercera comida con fibra del día, yo no sé que me estoy haciendo pero necesito un baño urgente.
AH! voy a aprovechar y me llevo el cepillo de dientes!


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Recuperado de mi agenda de 2007/2008